• de otros lados
    jueves, 10 de abril de 2008
    Gloria hosanna, that's the question
    Me vanaglorio, quizás equivocadamente, de tener eso que se llama "facilidad para los idiomas". Por sesgos de mi educación y pereza de mi parte, lo único que he logrado es ser fluente en inglés, y llegar a Latín III en la U mientras mis compañeros reprobaban Latín I por tercera o cuarta vez.

    He olvidado casi todo mi latín, probablemente por falta de oportunidades de practicarlo. Sólo me queda algún recuerdo de las tres primeras declinaciones, y un amor desmedido por las etimologías. El inglés, en cambio, ha crecido en mi cerebro como si fuera un parásito simbionte, y he llegado al punto en que mi voz interna algunas veces se pone a hablar en ese idioma.

    La culpa la tiene Borges, en última instancia.

    En el colegio, como todos, tuve clases de inglés. A diferencia de la mayoría, lo aprendí. No se crea que esto es digno de elogio; no involucró ningún esfuerzo de mi parte. Más o menos por la misma época, me topé con Borges, quien, como es sabido, creció en un hogar bilingüe, y de todas las literaturas que conoció, bebió con mayor frecuencia de la anglosajona. En ese momento no sabía nada de aquello, pero ahora puedo ver que mi amor por Borges tiene que ver bastante con tales antecedentes. La prosa de Borges tiene una cualidad ajena, quizás un poco distante, y una gramática vagamente fantástica, que tiendo a atribuir a que su mirada sobre el idioma castellano está irremediablemente coloreada por el inglés de su infancia, con el que habló con su abuela y leyó a Shakespeare.

    Lo único de valor que aprendí en las clases de Lingüística Estructural fue lo siguiente: los distintos lenguajes que han inventado los humanos son, finalmente, formas de pensar. Pensamos en el lenguaje que poseemos, y éste, para bien o para mal, nos posee a nosotros, y determina los pensamientos que podemos tener, y quizás la estructura misma de nuestra mente. En este punto otros suelen sacar a colación las treinta palabras que tienen los esquimales para designar el color blanco, ejemplo que, si bien adecuado, no me interesa.

    Lo que me interesa, ay, no tengo la destreza para explicarlo, me temo. Lo que puedo decir es: La gramática es, en sencillo, el conjunto de reglas que regulan qué se puede hacer de forma legítima con el lenguaje y qué no. Por extrapolación, puede plantearse que también es el conjunto de reglas que determina cómo piensa el usuario de una determinada lengua.

    Y ahí está la gracia. Ser competente en otro idioma significa, en resumidas cuentas, que se tiene a disposición otro conjunto de reglas de pensar, que es distinto del habitual para uno. El inglés es un idioma indoeuropeo a fin de cuentas, lo que implica que las reglas son en el fondo relativamente equivalentes. Pero no son las mismas, y una vez que uno entiende eso, se abre un universo secreto, al ladito del usual para uno, paralelo y reflejo, pero diferente.

    Y no sé si alguna vez se pueda terminar de comprender las diferencias.

    No ignoro que nunca poseeré el inglés con el que sueño. Nunca seré capaz de (re)escribir este mismo texto de forma que siendo el mismo, sea además completamente otro, enraizado en la gramática de otro mundo, sutilmente desplazado y distinto del mío. Pero puedo imaginármelo, lo cual es ya fortuna suficiente.
     
    dijo Tuilinn a las 00:39 | link |


    4 notas al margen:


    • A las 2:58 a.m., Blogger Daicelot

      Me puso nervioso tu texto en algún punto. Creía que ibas a empezar a decir que los pensamientos no son lenguaje, y eso me pone tenso, porque si no son lenguaje, entonces son otra cosa, y esa otra cosa es acojonante.

      Ruiz dice que los pensamientos son imágenes, pero no le compro porque él es cineasta (es como que un pintor dijera que los pensamientos son colores...).

      En este momento, por el messenger, insistes en mostrarme leones y cazuelas de ave en tu avatar, con la ilusión de hacerme ver cosas que no son. ¡Me mostraste una plancha, por un segundo creíste que pensaría que una plancha era una galfoncilla!

       
    • A las 11:23 p.m., Anonymous Anónimo

      Open the window.


      Yo quiero aprender inglés, algún día.


      Alejandro.

       
    • A las 12:12 a.m., Blogger Tuilinn

      Es un gusto adquirido.
      Ale, hazte un blog, para que abandones el anonimato y pueda yo postearte respuestas.

       
    • A las 12:22 a.m., Blogger Daicelot

      1. Que se lo haga, la paradoja de ser anónimo nónimo me trastorna.

      2. Yo también jugaba, oh.

      3. Yo desperté a la 1, cuando mi hermano, con escándalo, me vino a decir: "SON LA 1" y luego desapareció.

      4. ¿Eres un vil parásito del paciente?

      5. La ventaja de que actualices, es que puedo venir a acosarte textualmente y divertirme escribiendo comentarios.